Durante los últimos siete años he escrito regularmente para las ediciones en español de dos de los diarios más importantes del mundo, el New York Times y el Washington Post. El Times dejó de publicar textos originales en español hace dos años. El Post, el pasado 30 de enero. De ese modo, al tiempo que cierro una de las etapas más importantes de mi vida profesional como crítico cultural, se termina también una época del periodismo en nuestro idioma.
Las causas de ambos cierres fueron diversas. Desde la supuesta baja rentabilidad (en verdad todavía no se había decidido pasar a muro de pago, porque se estaba aún construyendo la fidelidad de la audiencia) hasta el clásico “lost in translation” de los proyectos transnacionales (los abogados de Nueva York que llegaron para cerrar la redacción del Times en México se presentaron un día que era fiesta en el país vecino y no se encontraron a nadie, de modo que tuvieron que volver al día siguiente). Pero yo creo que la razón más importante es la ausencia de una persona puente.
Muchos proyectos dependen de alguien y de su biografía. El impulsor, la visionaria, el nodo. Una persona que, en este caso, hablara español y tuviera relación personal con América Latina. Esa persona es nombrada jefa de opinión global o director del proyecto de internacionalización, decide crear una sección en otro idioma; después cambia la orientación del diario, una nueva persona ocupa ese cargo, y nadie sabe explicar la importancia de aquel proyecto.
Inmediatamente por debajo de ese puesto clave estuvo, tanto en el Times como en el Post, el periodista venezolano Elías López, formado en Estados Unidos. Nos conocimos en los jurados de los premios Gabriel García Márquez de Periodismo. Recorrimos juntos librerías en Cartagena de Indias. Le regalé Teleshakespeare. Y me encargó mi primer artículo, sobre los premios Emmys. En el Times trabajé con otros grandes profesionales, como Albinson Linares, Paulina Chavira, Eliezer Budasoff, Elda Cantú, Patricia Nieto y Boris Muñoz. Cuando lo cerraron, Elías me llamó para que prosiguiera con mi labor en el Post, junto a Mael Vallejo. Detrás de las ideas, los objetivos, las plataformas siempre hay personas.
A la vez que Estados Unidos dejaba de creer en la necesidad de publicar textos pensados y escritos en español, se presentaba el ChatGPT3, que permite escribir directamente en muchos idiomas. Otras inteligencias artificiales traducen automáticamente y con precisión léxica sin necesidad de que intervengan traductores humanos. Esa tecnología ha sido pensada y escrita en inglés. El lema del Post es “La democracia muere en la oscuridad”. Es cierto, pero también lo es que el monolingüismo la mata también.
UN LIBRO
O mejor 21. Esta lista que escribí para Culturas de La Vanguardia en que recomiendo veintiún títulos importantes de este siglo, a razón de uno por año. Novelas, poemarios, ensayos, crónicas. Todos buenísimos.
UNA SERIE
The Rehearsal (HBO)
Una de las series más extrañas y fascinantes que se han rodado. En la tradición de Pirandello o Bergman, Nathan Fielder construye un dispositivo dramático muy sofisticado, que parte de la telerrealidad y se hunde en la ficción angustiosa y metadramática. Sencillamente brillante.
UN PÓDCAST
Arturo Lezcano nos invita a descubrir historias cercanas por la topografía de la Península Ibérica y de la mano de periodistas como Sergio C. Fanjul o Rosa Soto. La edición sonora, como todas las de Jimena Marcos, es soberbia.
UNA WEB
El departamento de visualización de datos e ideas del Supercomputing Center de Barcelona es magnífico. Échale un vistazo a sus proyectos. El equipo es dirigido por el físico Fernando Cucchietti, que después de ser colaborador de mi pódcast Solaris, se convirtió en personaje secundario de mi novela Todos los museos son novelas de ciencia ficción, donde se incluye una obra de ellos.
Ya se pueden escuchar los primeros nueve capítulos de “Ecos”, en Spotify. Y la primera temporada entera, en la plataforma Caixaforum+ Aquí tienes el link. Está siendo una experiencia preciosa compartir con miles de oyentes de todo el mundo mi proceso de aprender a escuchar, lo humano y lo no humano, porque el aprendizaje se vuelve así colectivo.
En los días que han pasado desde la última entrega de esta newsletter, he publicado varias columnas en La Vanguardia y este largo ensayo, que se puede leer gratis, sobre las creadoras nacidas en los años 90 y principios del siglo XXI (en literatura, cómic, series o músicas): “Las nuevas narrativas transmilenial”.
Esto es todo, de momento.
Gracias por tu atención, en serio, y hasta dentro de quince días,