Cada vez que Gabriel Boric, el presidente de Chile, visita una ciudad iberoamericana, dedica unas horas a conocer alguna de sus librerías. Cuando estuvo en Madrid, visitó la preciosa y bien curada La Mistral, que rinde homenaje a la premio Nobel. Por esas dos horas de compras fue criticado en redes sociales: le reprochaban que no se dedicara a asuntos más importantes. Fueron, en cambio, dos horas muy bien invertidas en el contexto de las guerras culturales de estos años: una nueva defensa de la lectura, la información, los libros, los datos, el conocimiento, que se diseminó viral por las autopistas de internet.
Hay una palabra que cada vez circula más en estos años (como todos) difíciles: diplomacia cultural. Se ha vuelto clave tanto para entender las ciudades como para interpretar los proyectos institucionales que implican a diversos países o las regiones geopolíticas. A menudo el momento más importante de la visita de un presidente de Estado a un país extranjero ocurre en un museo; o el gesto que logra distender una relación compleja entre dos países tiene que ver con la restitución de obras de arte; o las embajadas nacionales son menos influyentes que las universidades, los centros tecnológicos o las instituciones culturales en que trabajan juntas personas de países distintos. El “soft power” o “poder blando”, de raíz poscolonial, se ha vuelto híbrido, bastardo, rizomático. Hay que entenderlo como una red o membrana en la que millones de agentes prescriben, dirigen, difunden, contagian: deciden las rutas de la lectura, la configuración de modelos de cultura.
Las librerías han sido, desde siempre, nodos fundamentales de ese sistema de sistemas. Las recorro y estudio desde hace veinticinco años, sistemáticamente desde hace quince. Y el camino que inauguré con el ensayo narrativo Librerías, amplié con el volumen de crónicas y ensayos Contra Amazon y me condujo a la serie Booklovers, ahora ha encontrado un nuevo territorio en la exposición Atlánticas. Una historia de librerías, libros y libreras, que se inauguró el miércoles en Casa Amèrica Catalunya de Barcelona. Espero que viaje y amplíe su archivo de entrevistas, su mapa de librerías, su narrativa de relaciones multilaterales, exilios, diálogos, influencias. El poder blando se vuelve duro periódicamente en esos espacios privilegiados, que hay que reivindicar por su fuerza democrática en estos tiempos posverdaderos.
UN LIBRO
El factor Borges, de Alan Pauls
Random House
Uno de los libros más inteligentes que se han escrito sobre Borges. Analiza toda su obra, escrita y oral, la contrasta y cuestiona, la interpreta de un modo personal y original: la ilumina.
UN PÓDCAST
Canal March
El nuevo proyecto sonoro de Bruno Galindo es una exploración de la música experimental del siglo XX a partir del archivo de la Fundación Juan March. Muy interesante.
UNA PELÍCULA
Los delincuentes, de Rodrigo Moreno
En Filmin
Después de Trenque Lauquen, seguí con otra excelente película argentina que también muta de género y explora los tiempos y espacios alternativos a la capital. Lo que empieza como un robo de banco acaba como un western con triángulo amoroso y metacine.
UNA EXPOSICIÓN
Loving de Alien, en Casa Encendida (Madrid)
A través de la inquietante obra de cuatro artistas, Sandra Mujinga, Anne Duk Hee Jordan, Mari Katayama y Ovartaci, explora nuestras relaciones mutantes con la alteridad, humana, animal, espectral.
UNA WEB
La plataforma de contenidos culturales (que aloja tres proyectos en los que participo: Booklovers, Ecos y la serie POVcast, sobre el fenómeno del podcast en España) acaba de estrenar el documental Jane. The New Generation, sobre la célebre primatóloga Jane Goodall, entre otros programas. Merece mucho la pena suscribirse. Es gratis.
LA FIRMA: Sólo conozco a una persona que tal vez (no las hemos contado) haya visitado más librerías que yo: el crítico de series Lorenzo Mejino (síguelo en Twitter si te interesan las recomendaciones originales). Ha hecho esta lista de 10 librerías imprescindibles y exóticas: Mystique’s Books, Port Moresby (El templo literario de Melanesia); Naturallibres (en Alins: genial iniciativa pirenaica); Old Inlet Bookshop, Homer (Alaska, USA: una ubicación maravillosa); The Old Bookstore, Flateyri (Islandia: libros en el fin del mundo); Au Paradis des Libres (Moroni, Comores: el centro cultural de un país); Livraria Coimbra (Guinea-Bissau: el último mohicano librero); Junction Bookstore, (Timbu, Bhutan:Cultura en el Himalaya);
Tarim Modern Bookstore (Tarim, Yemen: un oasis en el desierto); Boekhandel Vaco Paramaribo( Surinam: la antesala de la selva tropical); N&A Smiles Kellerberrin (WA, Australia: gran parada en el 'outback').
Además de “Atlánticas”, estoy involucrado en otras dos exposiciones que pueden verse ahora en Barcelona. En la Fundació Tàpies la exposición A=A, B=B, que ha comisariado Pep Vidal, incluye mi videoensayo e instalación “Las bibliotecas”. Y la exposición sobre inteligencia del CCCB presenta en el hall el cómic mural “Sincronías”, de Roberto Massó, que forma parte de Todos los museos son novelas de ciencia ficción; y en la propia exposición se enseña mi colaboración con Taller Estampa y GPT Los campos electromagnéticos. Teorías y prácticas de la escritura artificial (Caja Negra).
Las sesiones con Yuk Hui, Joan Fontcuberta, Mercedes Bunz y Alex Saum Pascual del ciclo “Las otras revoluciones de la IA” que coordino para el CCCB fueron muy bien, con cerca de 300 asistentes. Seguimos con Frank Pasquale, Xavier Nueno, Marta Peirano y Maurizio Ferraris. En este link, toda la información y las entradas.
Me hace mucha ilusión celebrar el 20 aniversario de la editorial Candaya con un club de lectura muy especial de Baroni: un viaje, de Sergio Chejfec (un libro que leí y viví al mismo tiempo, en Venezuela, hace quince años). Si te interesa, lee el libro y ven el lunes 19 de febrero a las 18.30 a la librería Nollegiu de Poblenou. Será memorable.
Ya se puede ver el video de mi conversación con la gran poeta Berta García Faet en Casa Seat, que fue interesantísima. Cuadernos Hispanoamericanos ha publicado este breve diccionario de tipografías y manías de escritores que he editado, porque la escritura es siempre matérica. Y aquí están mis dos últimas colaboraciones en La Vanguardia: la columna “Las tres paradojas de la IA” (en muro de pago) y la crónica sobre el arte contemoráneo en el CERN “Los detectives del cosmos” (en abierto).
Gracias por tu atención, divino tesoro (sic). Hasta el cuarto domingo de febrero.