El otro día tuve que pronunciar unas palabras en la ceremonia de graduación de la 15ª promoción del Máster en Creación Literaria. Como habían pasado sólo unos días desde la defensa de los trabajos finales, que como siempre es agridulce, porque no todos los alumnos llegan al nivel que esperaban, se me ocurrió hablarles de mi experiencia con el paddle surf.
Hace ya cinco veranos que empecé a remar sobre una tabla de paddle en la playa más cercana a mi casa. Adoro la hora que paso en ella, un día en dirección Forum, otro en dirección Barceloneta, al fondo los cruceros y el horizonte. Siento los músculos tensos y el sol en la piel, pero sobre todo siento una desconexión maravillosa. Durante el primer verano me caí decenas de veces y regresé a menudo remando de rodillas. Pero el año pasado y este sólo me baño si así lo deseo: puedo entrar y salir del mar sin mojarme. He pasado las ciento y pico horas de experiencia en una práctica que te permiten realizarla con dignidad. Calculan que son 10.000 las que necesitas para ser maestro en un oficio. Pensaba en todo eso. Con las piernas en equilibrio pese al oleaje, pensaba en hablarles de todo a eso a mis alumnos, con la conciencia de que cuando terminara mi charla ya serían mis exalumnos, cuando de pronto me di cuenta de que este año no había medusas y que era extraño remar sin esa amenaza, sin esa belleza por debajo de la superficie del agua. Entonces me caí.
Pese a la experiencia, me costó mucho subirme de nuevo a la tabla, porque las olas habían crecido bastante. Lo conseguí, finalmente. Pero me caí de nuevo. Entonces decidí que no les hablaría del paddle surf, que era una afición tonta, que no quería comunicarles esa frustración, esas caídas. Y me acordé de otra metáfora mejor, o un símbolo, o algo. La historia del escritor Kenzaburo Oé. Como él mismo contó en Una cuestión personal, su hijo Hikari nació con hidrocefalia y otras complicaciones fisiológicas y los médicos le aconsejaron a su esposa y a él que lo dejaran morir. No lo hicieron, fue operado. Y sus padres tuvieron que enfrentarse a la complejidad de criar a alguien como numerosos problemas motrices y de desarrollo, además de autismo. Hasta que un día se dieron cuenta de su prodigioso oído. De su sensibilidad para la música. Aprendió a través de ella matemáticas o lenguaje. Acabó siendo músico profesional y publicó dos discos. No sé si esta historia os podrá servir, pensé que les diría para concluir, espero que sí. Y me subí en la tabla. Y seguí remando.
UN LIBRO
Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi.
Anagrama.
Una de esas novelas perfectas en las que se entrelazan con sincronía una buena historia, una época interesante y la metamorfosis del protagonista. Durante la dictadura de Salazar, Pereira se transforma lentamente en otra persona.
UN PÓDCAST
Titania, de Manuel Bartual y Juanjo Ramírez Mascaró.
En Podium Pódcast (y resto de agregadores de audio).
El thriller sonoro del verano. Con buen pulso y excelentes elipsis, narra la lucha de tres mujeres contra el giro despótico de una inteligencia artificial, que es tratada como lo es: consecuencia de la ambición y la irresponsabilidad humanas.
UNA PÁGINA WEB
La página de mis cómplices en Los campos electromagnéticos es ambiciosa, brillante y humilde, como el propio colectivo. Se pueden crear itinerarios temáticos en ella, por ejemplo por la exploración de la relación entre rostros y máquinas: la infografía “Cartografía del reconocimiento facial” conecta con los los videoensayos “Rostro y código” y “The Process of Seeing”.
UN PROYECTO DIGITAL
Las Music Sessions de Bizarrap.
En Youtube.
Se hicieron un poco mainstream con Nathy Peluso y del todo con Shakira versus Piqué. Entre el proyecto curatorial, la lista de reproducción, la edición de música y la loca viralidad, lo que ha logrado este joven porteño en su dormitorio será estudiado durante décadas. Yo le dedico mi columna de la semana que viene en Infobae (junto con Ibai Llanos).
UNA SERIE
El día que Logan despertó, de Xavier Dolan.
En Filmin.
La primera serie del prestigioso director de cine canadiense cuenta la historia de una familia destrozada por una mentira. Los personajes son poliédricos y creíbles. La estructura temporal permite entender sus heridas y sus contradicciones. Y la sorpresa final es del todo memorable.
LA FIRMA: BERTA GARCÍA FAET
La tercera invitada a esta sección de listas escritas por personas que saben mucho es la gran poeta española Berta García Faet, que ha confeccionado una selección de poemarios iberoamericanos del siglo XXI: Reunión (Dani Zelko), Lengua o muerte (2020); Juan Andrés García Román, Neorromanticismo (2023); Belleza y Felicidad (Fernanda Laguna y Cecilia Pavón), Ceci y Fer (2004); Luz Pichel, Casa pechada (2006); Luis Felipe Fabre, La sodomía en la Nueva España (2010), Emma Villazón. Lumbre de ciervos (2013); Blanca Llum Vidal. Punyetera flor (2014); Máquina de Lavar, La pija de Hegel (2015); Diana Garza Islas, Catálogo razonado de alambremaderitas para hembra con monóculo y posible calavera (2017) . Y los proyectos de poesía digital de Canek Zapata. sobre todo en https://brokenenglish.lol/ (con Pierre Herrera).
Durante las tres semanas que han pasado desde la última entrega de esta newsletter, he publicado otros tantos artículos en Infobae. En el primero recomendé diez ensayos esenciales del siglo XXI (aquí); en el siguiente, seis atracciones culturales de la Barcelona de hoy (link); y el pasado viernes reseñé la temporada final de La maravillosa Mrs. Maisel, una obra maestra de la comedia serial (te echaré de menos, Midge Maisel: aquí el texto). También han aparecido dos columnas mías en La Vanguardia: “Realismo terror”, sobre la nueva temporada de Black Mirror, que parece defender que la ciencia ficción ya no es el nuevo realismo, porque el giro ultra nos lleva al terror, y “El robo del siglo”, sobre la gran expropiación de datos que parece haber detrás del entrenamiento de la inteligencia artificial generativa.
Hace un par de semanas fui al estudio de Andreu Quesada en Terrassa para grabar un episodio especial de Ecos sobre las Islas Galápagos. Se emitirá en septiembre. Si todavía no has escuchado la primera temporada del pódcast, aquí tienes el link en Caixaforum+ (donde se encuentra junto a otros muchos contenidos culturales). También se puede escuchar en Podium Podcast, Spotify o Apple Podcast. Apareció recomendado en esta lista el viernes junto ensayos en libro, madre mía.
La semana pasada me entrevistó sobre Los campos electromagnéticos Nicolás Tabárez para el diario uruguayo El Observador y hace unos días se publicó esta reseña en Otra Parte Semanal. Acaba de anunciarse que El Museo, la novela gráfica que he hecho con Sagar, es uno de los cómics esenciales del primer semestre del año según la Asociación de Críticos y Divulgadores (y ha sido reseñado en Cómic para todos). Y ayer Tebeosfera publicó esta larga entrevista con Iván Pintor. Por otro lado, Gabriela Polit ha publicado una generosa crónica del encuentro que Leila Guerriero y yo tuvimos en la librería Finestres en Literal Magazine. Y Javier López Menacho ha recomendado mi novela Membrana en estos términos: “una lectura sorprendente y fascinante, de gran compromiso social, que estira al límite las posibilidades de la creación literaria” (aquí el texto completo en Compromiso Altresmedia).
La próxima newsletter te llegará dentro de dos domingos. Será un especial con listas de recomendaciones hechas por figuras destacadas del mundo cultural. Un especial de verano, porque después me tomaré unas muy merecidas vacaciones. Por descansar, descansaré hasta del paddle surf.
Muchas gracias por la atención y la compañía. Y buenas lecturas. Si te gusta este boletín quincenal, te agradecería mucho, por último, que lo recomendaras. Tiene más sentido dedicarle tantas horas si crecen sus lectores.