Banco Santander, BBVA y Caixabank invierten en empresas de la industria armamentística que venden armas a Israel. Iberia compra decenas de aviones a Boeing, que vende bombas inteligentes y cazabombarderos al ejército israelí. Zara acaba de abrir una tienda de 4500 metros cuadrados en el nuevo centro comercial de Tel Aviv, el más grande del país. En pleno exterminio, sus principales equipos de fútbol y baloncesto han seguido jugando en las competiciones europeas. El pasado 5 de febrero el Barça le ganó al Maccabi por 100 a 71 (el 14 de enero fue el Madrid el que le ganó, 116-113). El principal patrocinador de Eurovisión, cuya última edición tuvo entretenidos a casi seis millones de españoles, es Moroccanoil, una importante empresa de cosmética mutlinacional pero con producción en Israel. Unas 30 empresas españolas están físicamente presentes en ese país imposible. Unas 125 exportan a esa democracia que está llevando a cabo en estos momentos un genocidio en Gaza y un ataque “preventivo” a Irán, como respuesta desproporcionada a la masacre terrorista e infame perpetrada por Hamas y a la posibilidad de que algún día Irán produzca armas atómicas. Y nuestro país importa de sus empresas armas, munición, vehículos militares, tecnología y hasta compresas, que compramos en Mercadona. Pero no exigimos el boicot a los bancos ni a sus clientes, nosotros; ni dejamos de volar en avión; ni dejamos de comprar en Zara o en Mercadona; ni les pedimos al Barça y al Madrid que se nieguen a jugar contra esos equipos; ni nos negamos a ver Eurovisión: descargamos esa presión en los artistas de un festival que fue comprado por un fondo de inversión. En las profesiones culturales, siempre tan amenazadas, cuando no atravesadas, por la precariedad. ¿Es eso justo? ¿Es nuestro chivo expiatorio? ¿Cómo participamos no sólo en las estructuras del capital global, sino también en los circuitos de la cancelación? ¿Qué hacer?
Me pasé muchas horas reuniendo esos datos y haciéndome esas preguntas antes de decidir ir al Sónar+D y al Sónar de Día (al de noche no me atrevo), como he ido haciendo durante los últimos años. Mereció la pena. Vi cómo la gran mayoría de los artistas utilizaban el escenario para recordar el genocidio y condenarlo, un hackeo que no hubiera ocurrido de modo tan evidente ni intenso sin el intento de boicot. Me puse al día en las tendencias de arte, sonido y tecnología. Vi más público que nunca, lo que evidencia un divorcio entre la percepción del mundo en redes y el mundo real. Y, sobre todo, vi a Tarta Relena cantar en latín, catalán y castellano, uniendo lo más antiguo con lo más actual, y a Maria Arnal haciendo filigranas con su prodigiosa voz también en nuestros dos idiomas, en la presentación de su nuevo disco, Ama, la síntesis magistral de todo lo que ha hecho hasta ahora: música, voces algorítmicas, poesía, bandas sonoras, colaboraciones con La Veronal, una manera propia de estar en el mundo.
Estuve en otros conciertos, jugué a videojuegos experimentales, viví experiencias inmersivas, pero todo vibraba por el malestar de las preguntas incómodas. Entiendo los mecanismos en que se imponen: la polémica, el boicot, el trending topic. Pero yo prefiero siempre las preguntas que te provoca el arte. Por ejemplo: ¿Por qué la música radical tiene tanto público, mucho más que el cine o la literatura de vanguardia? ¿Por qué hemos tardado tanto en Catalunya en disfrutar con naturalidad de álbumes y espectáculos bilingües? ¿Cómo podemos ser binacionales o cosmopolitas? ¿Cuáles son las claves de la convivencia? ¿Cuáles son las mejores maneras de recordar el horror en el siglo XXI? ¿Qué hacer?
UN LIBRO
Los años, de Annie Ernaux
Cabaret Voltaire
Un experimento de autobiografía colectiva. 300 páginas de pensamiento en voz alta sobre el vínculo entre la palabra y el tiempo. Una colección de pasajes brillantes como este, acerca de este siglo nuestro: “Estábamos desbordados por el tiempo de las cosas. Un equilibrio mantenido durante mucho tiempo entre la espera y su aparición, entre la privación y la obtención, se había roto. La novedad no suscitaba diatriba ni entusiasmo, no ocupaba ya las imaginaciones. Era lo normal de la vida.”
UNA PELÍCULA
Mointainhead, de Jesse Armstrong
HBO
El crossover perfecto entre un episodio de Succession y otro de Black Mirror. Aunque no sea una película excelente, introduce una reflexión potente sobre la proliferación de las falsificaciones profundas y nos adentra con rigor satírico en el mundo absurdo de los multimillonarios.
UN PÓDCAST
Mnénosine, de la Biblioteca Nacional de España
Una serie sonora de ficción a partir del archivo de audio de la BNE, que consigue trenzar muy bien documentos reales con una trama levemente sobrenatural.
UNA SERIE
Dept. Q (Netflix)
En la línea de Misfist, esta nueva serie británica, que adapta las novelas nórdicas, hace énfasis en que los perdedores pueden ser los nuevos héroes (o no) en contextos sórdidos; y en que todavía es posible darle una vuelta de tuerca al género policial.
UNA WEB
La gran revista literaria de Brasil cuenta con una edición mensual en papel y una actividad constante en línea. Muy recomendable en particular su guía de librerías.
[IMAGEN + PALABRAS]
[Por el escritor y artista colombiano Juan Nicolás Donoso, que acaba de publicar en la editorial Zaíno La región subterránea, que se encuentra disponible en su país y en la librería Lata Peinada de Barcelona]
Aún tengo presente la primera vez que, en la noche cerrada del cuarto oscuro, la fotografía que había tomado se reveló en el papel como una aparición divina. Tenía 19 años y estaba en primer semestre de Artes. Hoy creo que fantasma y revelación son los fundamentos de la fotografía, del Sudario de Turín y hasta de esas imágenes de la Virgen —o del Che Guevara— que se le aparecen a la gente en una empanada, pero también de la revelación de las Escrituras mediante la exégesis. De ahí mi interés por la escritura y la fotografía.
A primera vista podría pensarse que con la llegada de lo digital, fantasma y revelación desaparecen. Sin embargo, no es solo que Youtube, Instagram o TikTok estén atiborrados de presencias que, desprovistas de carne y hueso, moran en nuestras pantallas condenadas a repetir los mismos movimientos para siempre, es más bien que las pantallas de nuestros celulares son lo espectral mismo. «Creo que el futuro pertenece a los espectros, y que la tecnología moderna de las imágenes, el cine, la telecomunicación, etc., no hacen sino acrecentar el poder de los espectros», decía Derrida en la película Ghost Dance, por allá en 1983.
El viaje a Brasil está siendo frenético. Hay muchas nuevas librerías en São Paulo y Rio de Janeiro, visité varias de ellas. Y se hicieron eco en la prensa. Con Lina Meruane hablamos de nervios, membranas y fronteras. También hubo una crónica de ello. Y con Afonso Cruz sobre librerías y bibliofilia (aquí su resumen). En un rato hablo en la bienal de Rio de Janeiro, que este año es la capital mundial del libro. Lo más interesante de estos días ha sido poder conocer a todas las personas (editoras, traductores, periodistas, libreros, intelectuales, gestores culturales, profesores) que han hecho posible no sólo la existencia de Librerías, Contra Amazon y Membrana en este país, sino también su repercusión crítica, académica, mediática y entre los lectores. Muchas gracias a todos y todas, de corazón.
Además, se han publicado en estos días dos artículos que hablan de Los campos electromagnéticos, un experimento que no deja de generar su propio futuro: este análisis académico de María Ángeles Grandes Rosales; y este reportaje sobre escritura e IA en Acción.
Recuerda que los tres primeros viernes de julio, Juan Villoro, Mónica Ojeda, Cristina Rivera Garza, Marilena De Chiara y yo impartiremos un curso de nueve horas por Zoom sobre la metáfora como clave de la escritura de literatura. Información e inscripciones en talleresjorgecarrion@gmail.com Ya hay más de 30 personas de todo el mundo inscritas. Esta semana acaba el plazo.
La semana próxima son los tribunales de los trabajos finales de los alumnos del Máster en Creación Literaria. Parece mentira que ya hayan vivido esa experiencia 17 promociones. Quedan las últimas plazas para la que empieza en octubre.
Muchas gracias por todo y hasta el segundo domingo de julio. Y mucha suerte, la estamos necesitando.